Jueves 28 de Abril de 2022

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“EL PRESENTE QUE VIVO HOY ES EL RESULTADO DEL LABURO DE MUCHO TIEMPO”

Hace algunos días logró superar en las estadísticas la barrera de 400 triunfos. Nos referimos a Martín Javier Valle, “el muchachito de la película” como le decía nuestro querido “Teacher” Martinez en una nota publicada en 2019, cuando el correntino se recibía de jockey profesional.

por Leandro Piazza

Consideraba Osvaldo que Pepe Valle era un jinete argentino que pintaba para lo máximo, que por talento y caracteristicas estaba destinado a pelarle la palmo a palmo a los jockeys extranjeros mas prestigiosos que suelen correr en nuestras canchas. No le falto razón. El año pasado, en una tarde historica, piloteando al veterano Village King, Martin estampo su nombre en la gloriosa lista de jockeys ganadores del Gran Premio Carlos Pellegrini.

- Arrancaste como la mayoria corriendo cuadreras. ¿Recordas como fueron esas epocas?
Si, claro. Yo a pesar de ser de una ciudad me críe entre caballos. Arranqué corriendo cuadreras de 200 metros a 1000 metros. Tenía 12 años creo. Al principio no fue fácil, me acuerdo de que mi papá tenía que ayudar en las gateras, porque yo al ser tan chico, no tenía la fuerza necesaria. No podía ni pasear a los caballos, me subía y los corría nomás. Los palafreneros me esperaban en la llegada para salirme al cruce porque yo no los podía parar. A veces me abrían los portones de los campos vecinos por si el matungo salía disparado y pudiera correr hasta que la pudiera ir frenando.

-¿A qué edad decidís venir a instalarte en Buenos Aires?
A los casi 17 decidí venirme para Bs As. Dejé el secundario cuando me faltaba un año para terminar y me anoté en la Escuela de San Isidro. En esa época viví en lo de Lucho Palacios.

-¿Cómo fue para vos la transición de aprendiz a jockey?
Lo tome bastante bien. Sabía que me iba a costar un poco. Siempre con los pies en la tierra y trabajando mucho lo pude llevar adelante. Durante mucho tiempo fui a correr a La Plata, porque necesitaba. Me costó volver a ganar, pero fueron solo unos meses. Una vez que corte esa rachita mala, me volvió a ir bien como hasta el día de hoy. Pero el presente que vivo hoy es el resultado del laburo de mucho tiempo.

-¿Osvaldo Martinez decía que le gustaba mucho tu estilo?
El teacher me hizo una nota que a mí me gustó, en una época en la que yo estaba ganando mucho, como jockey aprendiz. Una vez, finalizada una carrera que gané de punta a punta (a mi me gusta correr desde atrás, pero ese día se dio así) él hizo un video para su programa “Campana de Largada” donde decía algo que me encantó: “Atrás, adelante, en el medio, en cualquier lugar de la cancha este pibe es un crack” (risas). Eso no me lo olvido más!

-¿Es la tarde del 11 de diciembre de 2021 la mas importante de tu carrera hasta el momento?
Para uno que trabaja de chico para esto, ganar El Pellegrini es lo máximo. No se si tuve una alegría tan grande como esa. Tal vez pueda poner a un nivel similar a mi primer Grupo 1 conseguido con Entropía. Sobre todo, por el trabajo que se hizo previamente con ella, como la fuimos llevando y mejorando para lograr un nivel que nos dio esa satisfacción tan grande. Era una yegua muy complicada al principio muy desarmada. Por eso disfrutamos doble.

-¿Cómo fue correr con Village King aquella tarde?
Yo lo había montado varias veces a Village King. Era complicado para varear y muy pocos podían hacerlo, pero desde el primer día nos llevamos bien. En los días previos a la carrera, el caballo tuvo un problemita en una mano. Estuvo medio manco en ese momento y nunca se pudo solucionar. Llegamos así al día de competencia. En eso momento como era la primera vez que lo corría decidí consultar con el veterinario, con el capataz y el peón, que eran los que mejor lo conocían. Ellos me dijeron que el caballo era así y que le podía “meter cartucho” tranquilo porque iba a responder bien. Y creo que esa fue la clave. Ellos me transmitieron una seguridad bárbara. ¡Hasta el momento de la partida el caballo estaba manco! Lo troté los mas que pude. El palafrenero me pedía camino a la salida que lo teníamos que retirar “no lo podes correr así”. Pero yo confíe en el equipo y en la estrategia que teníamos, dejarlo correr. Y así fue como terminó ganando por 9 cuerpos a Miriñaque, con “una rueda menos”. ¡Qué gran corazón que tiene!
 

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