Jueves 24 de Febrero de 2011

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Postales

TODAVIA NO

EDUARDO MARTINEZ Y DANTE MOLLE

FOTO POSTALES

por Eduardo Martinez

Dante Molle es un amigo de hace muchos años, amistad surgida y fomentada a través de la pasión por el turf que compartimos.

Es un caso especial Dante. Con él en la reunión está asegurada una cuota de cuentos, anécdotas y dichos de su invención, a tal punto que a veces cuesta concentrarse en el “estudio”. Cuando ocasionalmente no está se hace un vacío, pues falta en la mesa la pimienta de sus ocurrencias. Sucede que hay un manejo de la ironía por su parte que te lleva a la sonrisa y también a la reflexión, lo que hace más digeribles los momentos difíciles.

Hace poco más de un mes, Dante creó una escena utilizando, por supuesto sin que él lo sepa, a un habitué de la tribuna que ha superado holgadamente la barrera de los 90. En el turf se ven con bastante asiduidad estos casos, conformando aquello que el “burrero no envejece”.

La cuestión es que Dante interpreta diálogos entre este buen hombre y el “Señor de Arriba”, que con un sube y baja de la palma de la mano hace el típico gesto de “subí”.

- ¡Ahora, que llevo tres en el quíntuplo…! ¡Y tengo cuatro y cuatro en los dos últimos pases!…Por favor…

- ¡Vamos! ¡Vamos! ¡No complique que hoy ando con un trabajo de locos!

Casi coincidentemente comencé a sentirme mal y todos mis problemas de salud parecieron juntarse y potenciarse. En momentos muy bravos el diálogo con el “Señor de Arriba” me vino a la mente. Pero al revés. Me sentía tan mal que confieso pensé que ya era suficiente. El que pedía “subir” era yo, pero no había respuesta. No sé si fueron minutos que parecieron horas u horas que parecieron minutos durante los cuales sólo deseaba lo extremo para dejar de sufrir.

En un momento me invadió una paz muy grande, no sentí ningún tipo de temor y me encontré bajando de un tren en un andén brumoso, quedando con sorpresa, cara a cara con un gran amigo de la infancia que se fue muy joven. Estaba igual que en aquel momento, como si el tiempo para él no hubiera pasado.

Le reproché: - Rolando, todo este tiempo nos tuviste tan preocupados y vos estás aquí lo más bien…¿cómo no avisaste?

Me miró y en esa manera telepática que tienen los sueños me dijo: - Sobre eso no voy a dar explicaciones.

Entendí como que había tenido una razón para desaparecer e inmediatamente no lo vi más.

Me volvió a la realidad el despliegue de seis personas que se movían a mi alrededor. Recordé el dibujo del genial Quino y el cartel en la pared que rezaba: “Estamos trabajando para que la gente después le dé gracias a Dios”

Desde la puerta me llegó nítida una voz: “Familiares de…y reconocí esa frase con la cual en la barra nos burlamos de nuestros desaciertos, enfrentando la peladura con humor.

Es que ya hace un tiempo, en el antiguo 4º piso del paddock de Palermo, otro personaje fantástico del medio, como lo es Tatino, abrió la puerta y voceó a espaldas de treinta atribulados apostadores que observaban que el 1, que daba $ 1.55, venía desconectado y pegando: - ¡Familiares del 1…!

Muy festejado pese a lo dramático, el dicho fue adoptado y creo que se me dibujó una sonrisa, con el perdón de mis hermanos que se comieron el garrón de un parte preocupante. El humor creo que es fundamental en estos casos. Recién ahí tomé conciencia que “La Parca” se venía parando y me dije: “alcanzo”

Apreté los tacos, remé, pegué y tapé en la raya.

Todavía no, pensé.

Todavía quedan muchos finales para compartir, muchos abrazos para dar.

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Hay 3 comentarios:
  • #1 - beto neiman

    querido amigo me alegro que estes mejor y quedate tranki que nos vas a enterrar a todos (con tus fijas)ja.ja un abrazo beto

    04/03/2011 09:50 hs.

  • #2 - coego, diego

    pasa en 48` que el tren de las nubes viene desconectado, cruza esta y de aca a los clasicos. abrazo de tapas abiertas.

    25/02/2011 21:46 hs.

  • #3 - luis

    La alegría de saber que estás bien alcanza al de la punta que es el placer de leerte. Empate. Un abrazo.

    25/02/2011 13:25 hs.

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